El Amor en Tiempos de Facebook (Parte 2)

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El Amor en Tiempos de Facebook (Parte 2)

Jefe de Desarrollo en Digital Friks

Bueno, pues en mi artículo anterior les hablé sobre la experiencia de mi relación sentimental y lo complejo que éstas se han vuelto gracias a las llamadas “redes sociales”. Puntualmente toqué a Facebook, Twitter y Whatsapp. En esta segunda parte les voy a hablar sobre Tinder y Happn.

Después de alejarme de la relación (que terminó de la peor forma posible, para ser completamente sincero) uno descubre su soltería y se hace la siguiente pregunta: “¿y ahora qué?”. Pues lo que sigue es tratar de reconstruir un poco después de la tormenta y seguir adelante con tu vida.

En alguna otra época (y por lo visto, sigue siendo la mejor fuente en ésta) tus amigos se acercan a ti con mensajes positivos y, en la mayoría de los casos, terminan queriendo presentarte a una amiga que está en busca de un buen hombre. Aparentemente todas las mujeres de este mundo buscan un buen hombre, por alguna razón no necesariamente terminan con uno así.

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Cuando alguien dice ser un buen tipo ya que lo conoces… quieren decir que son increíbles patanes, pero te acostumbrarás.

Pero estamos en el 2016, por supuesto que también este proceso se ha digitalizado y es así que surgen aplicaciones de citas como son Tinder y Happn. Tengo que ser completamente honesto: soy bastante malo para este tipo de apps. En el caso del Tinder, si no lo conocen, les explico la dinámica:

Abres una cuenta que se puede conectar con Facebook, es importante recalcar que darle autorización a Facebook no implica que tus contactos se enteren de que estás en Tinder. Una vez que tienes tu cuenta, la editas y puedes tomar fotos de tu perfil de Facebook o subir alguna imagen que en tu cabeza sea más atractiva para el género opuesto. ¡Vale! Ya tienes esa foto espectacular; ahora haces los ajustes de edad y de proximidad de la gente que deseas “conocer” y listo…

Una vez que empiezas a “jugar” con Tinder, van apareciendo las fotografías de las personas que encajan con el rango de edad y distancia que asignaste. Si la persona en la foto te parece atractiva entonces deslizas la foto a la derecha, en caso contrario, no te gustó la persona en la foto y deslizas a la izquierda. Así vas descartando a infinidad de seres humanos únicamente porque en sus fotografías se veían, o no, bien.

¿Y luego? Bueno, hay que esperar a que haya una coincidencia. Es decir, si tú le diste “like”, por así decirlo, a un perfil, no vas a poder interactuar si la otra persona no te dio like también a ti. En caso de que ambos se “gusten”, se abre la opción de poder chatear con la otra persona, para hablar de… qué. Honestamente no sé qué tendría que platicar con alguien que no conozco más allá de sus fotografías y de si tenemos algún amigo en común en FB.

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IMPORTANTE: Los ejemplos como éste, sacados de Internet, presentan a gente hermosa como de photostock. La realidad es otra.

El caso puntual de Happn, me parece un tanto más interesante y sofisticado, aunque absurda y burda, de cierta forma, la manera de conseguir “citas”.

¿Cuál es la diferencia? Básicamente es que Happn te muestra gente con quien te cruzaste en tu rutina diaria; incluso te dice cuántas veces se han cruzado y la idea es la misma que Tinder, si ambos se dan “like”, tienen la oportunidad de enviarse mensajes privados mediante un chat.

Happn, además de esto, nos da un poco más de información “relevante” de una persona. Por ejemplo, podemos ver sus gustos musicales si su perfil está ligado con Spotify. También podemos ver más de sus fotos, si la cuenta está ligada con Instagram; podemos ver los gustos comunes de películas y grupos de interés en Facebook… en fin, un poco más de información sobre lo cual podrías construir una conversación un poco más interesante con la persona que te gustó.

Para fines prácticos son aplicaciones para “conocer” gente y no dudo que funcionen. En realidad tengo un par de amigas que han tenido varias citas con gente que conocieron vía Tinder sin mayor éxito, pero no dudo que haya una historia de amor que haya terminado en matrimonio, de ésas que algún día le platicarán a sus nietos así: “tu abuelo y yo nos conocimos en Tinder, porque puso esta foto en donde se veía muy guapo y además me llamó la atención que le gustaba Justin Bieber tanto como a mí”.

Mi conclusión sobre toda esta diatriba de mi relación, mi rompimiento y mi ahora después, es que soy demasiado “old school” para dedicarme a lo que me dedico, pero estoy convencido que hay cosas (sobre todo en relaciones humanas) que es mucho mejor tratarlas frente a frente y no digitalmente.

¿Tú que piensas? ¿Alguna vez has usado Tinder o Happn? ¿Tienes una “historia de éxito usando alguna de estas plataformas? Deja un comentario o sígueme en Twitter.

Juan Campo

Jefe de Desarrollo en Digital Friks

Estudió Diseño Gráfico en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México. Tiene más de 10 años de experiencia en el medio digital en el desarrollo de plataformas, creatividad, administración de proyectos y estrategias digitales. Actualmente es jefe de desarrollo para Digital Friks.

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