Bienvenido Al Nuevo Mundo De Las Ventas De Autos Usados

Por Celia Brown

 

Hay una vieja broma que dice: “¿Cuál es la diferencia entre un vendedor de autos usados ​​y cualquier otro tipo de vendedor? Que el vendedor de autos usados ​​sabe cuando está mintiéndole al cliente”.

Gracias a mi reciente experiencia en la compra de un coche usado, estoy convencida de que la industria se ha reformado y los viejos estereotipos que rodean al perfil de un vendedor de autos usados ​​ya no son válidos. La experiencia del cliente requiere tecnología y contacto personalizado.

Investigación de autoservicio

Antes de pararme en una concesionaria física, revisé las alternativas disponibles por internet. Así como yo, otros clientes pueden reducir sus opciones y saber exactamente qué comprar delante de su ordenador portátil o dispositivo móvil.

El concesionario de coches que me atendió fue abierto y comunicó explícitamente los valores y cultura de la empresa mediante apoyo digital. Convirtió la transacción estresante en un servicio al cliente de consultoría.

Una de las mejores cosas de la experiencia del cliente fue la ausencia absoluta de papel. Mi información se introdujo en su sistema de manera eficiente y a partir de ahí todo fue escaneo de códigos y barras. Mientras navegaba sin comprar nada, el concesionario siguió conmigo a través de un correo electrónico con un resumen de mi visita, incluyendo cada prueba de coche y un enlace a su página web para que yo pudiera volver a ese vehículo específico. Cuando escucho a vendedores hablar de personalización, no hay nada mejor que ese ejemplo.

Mientras esperaba, me di cuenta de que los empleados reemplazaban un vehículo en el piso de exhibición. Le pregunté a uno de ellos cómo eligen qué vehículo mostrar en esta área y me dijo que el director general escoge siempre a los autos que tienen “una buena historia”, por ejemplo, un convertible cuando empieza el verano.

Como buena marketera le pedí que me contara más sobre los carros y me dijo que, por ejemplo, el Cadillac rojo que eligieron ese día tenía un detalle especial: un asiento que masajea al conductor. Eso fue suficiente para convencerme de que era buena idea lucirlo.

 

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