Un CMO Dedicado A La Minería
Cazador, Sabio, Feliz, Gruñón, Alérgico, Romántico y Dormilón, fueron los personajes que Walt Disney, en el año de 1937, adaptó cinematográficamente de la novela clásica de los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm, Schneewittchen (Blancanieves en alemán), publicada en 1857. La historia de la casa de animación daba cuenta de un grupo de seres pequeños que se dedicaban a la minería, y todos los días partían rumbo al trabajo cantando una ya célebre canción.
Cuando hablamos de mercadotecnia podríamos pensar que cada uno de los 7 enanos representa una faceta de la personalidad del mercadólogo moderno. ¿Será que he bebido mucho café últimamente? ¡Vea y juzgue usted mismo, amigo lector!
¡Cazador! En efecto, un mercadólogo moderno no deja de cazar; su principal característica debe de ser buscar tendencias de mercado. La tecnología ayuda mucho a nuestro amigo CMO, pues hoy en día no sólo bastan los reportes Nielsen o de ScanTrack, que obviamente tienen un desfase de tiempo entre lo que pasó en el punto de venta y el reporte. También puede contar desde los mismos reportes de ventas de sus sucursales hasta beacons que capturan la información y a través de analíticos, responder ante las tendencias. Son pocas las empresas que ofrecen estas soluciones. ¿Eh?
¿Qué es la sabiduría? Es la aplicación combinada entre inteligencia y experiencia para llegar a un resultado. Un CMO, por su perfil, está en el centro de muchas corrientes de información, del producto, del consumidor, de los clientes, de los canales, de la competencia y de lo que se dice en los medios, si logra manejar estas corrientes y se apoya en la tecnología logrará ser Sabio.
Feliz y Gruñón, ¡una combinación peligrosa! Es, sin duda, también una característica de un CMO moderno. Feliz: no hay nadie más optimista y entusiasta en la empresa que un CMO, cuando un mercadólogo tiene y dirige una idea no hay nadie mejor que él para expresarla con una enorme sonrisa. Pero también es Gruñón al momento de defenderla, de hacer hasta lo imposible por que la idea se lleve a cabo de la mejor manera.
El CMO moderno es Alérgico: toda mala vibra es desechada, toda mala idea es sepultada, no hay nada más desgastante que una idea que no llega a ningún lado o que no obtiene ningún resultado. Un CMO moderno no abandera causas que sienta que no tienen futuro; en vez de esto, cambia el rumbo, dicta uno nuevo, y punto.
Romántico… ¡todo mercadólogo es un Romántico empedernido! Las buenas ideas, las ve, las analiza, las añora, suspira por ellas, por un buen concepto, por un buen print, por un jingle. Hay quienes, como todo mercadólogo clásico, adoran la tinta de los posters recién traídos por su agencia. Pero además, como todo romántico, analiza a su target, minuciosamente, lo escudriña y atrapa la primer corazonada que lo haga enamorarlo y ¡va con todo!
¡Dormilón! ¡Sí, afrontémoslo, usted no me dejará mentir, amigo CMO! Mientras el CMO moderno no está en un lanzamiento de producto, un evento con clientes, un cocktail con medios, o en un workshop con su agencia, aprovecha el poco tiempo que le queda para ser un Dormilón y soñar con la próxima gran idea.
Si Jacob y Wilhelm Grimm hubieran vivido en nuestra época, en lugar de 7 enanos, hubieran puesto a un mercadólogo. Sin duda alguna.
Mauricio Martínez es Industry Marketing Manager en SAP México
@maumarti
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