3 razones para perder el miedo y aprender HTML

¡No te angusties! ¡Nadie te está sugiriendo que te vuelvas un experto, o que dejes tu trabajo y te vuelvas programador! Quizá un pequeño curso de algunas horas pueden ahorrarte algunos miles de pesos o un par de horas de coraje.  A continuación te presentamos en qué casos sí es útil conocer este lenguaje.

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• ¿Necesitas formatear? ¡borra todo sin miedo!, ya sea que estés trabajando en tu blog, correo electrónico o landing page. En lugar de llamar al programador y esperar a que tenga tiempo de auxiliarte, podrías hacerlo tú mismo. A veces es tan fácil como borrar un pedazo de código que no está dejando que el conjunto funcione correctamente. Esto es especialmente útil si estás creando un post en tu blog y copiaste y pegaste el texto desde Word… y casi siempre algo sale mal ahí.

 

• Haz tu contenido más amigable. Ya sea para que sea más fácil de leer o más fácil de usar.

 

•   Inserta videos. ¡Es muy fácil! Probablemente ya lo hayas hecho desde YouTube o desde algunos sitios de noticias que permiten hacerlo, y el resto del aprendizaje de HTML es más o menos igual de sencillo. Y si no estás insertando contenido multimedia, tus contenidos no parecerán de este siglo.

 

Ahora, tienes dos maneras de aprender: la tradicional y la aventurera. La primera es inscribirte a un curso, en línea o presencial, y tener un profesor que te guíe a través del proceso. La ventaja es que, en el mejor de los casos, tendrás un aprendizaje más estructurado y por niveles, pero tendrás que adecuarte al tiempo y ritmo del programa al que te inscribas y si tus necesidades son otras podrías tardar un par de meses en aprender lo que necesitas.

La otra es aventarte a ser autodidacta. Que no te espante esa palabra: en internet hay una cantidad enorme de tutoriales para las tareas más sencillas o las más complejas; la ventaja es que esto podría tomarte un par de horas y no meses.