El Contenido también es Experiencia
Es una realidad que el contenido de los sitios web hoy en día tiene una función muy específica: Search Engine Optimization (SEO). La idea fundamental es aparecer entre los primeros resultados de búsqueda de los clientes potenciales, con el objetivo de atraer tráfico a un sitio web y que, mediante el contenido de valor, la gente decida, eventualmente, comprar algo a la marca.
Sin embargo aunque el objetivo inmediato es que cada página aparezca en los primeros resultados de buscadores (Google) y la meta final es que la gente ingrese al sitio, el contenido también tiene que ser entendido bajo otra definición. Es parte esencial, hoy en día, de la experiencia que vive el cliente y la reputación de la marca: dos elementos que van de la mano y no deben ignorarse.
Por un lado, cuando un cliente recibe información de parte de una marca y decide invertir tiempo para leerla, verla o escucharla, según corresponda, depende de quien generó dicho contenido la satisfacción inmediata de la audiencia. Debe entretener, educar y evitar hacer que sea un desperdicio de tiempo de su público. Ahí entra el cuidado por la experiencia, pues debe coincidir con tono, fondo y objetivos de la marca, sin buscar una venta o la promoción.
La magia del buen contenido
Por otro lado, el contenido puede encantar a quien lo consume, pero si se comete un error en la veracidad, puede dañar a toda la marca. No sólo un autor saldrá perjudicado si se comete plagio o se dan datos falsos o sin sustento. Es muy probable que dañe a su audiencia con mentiras o información irresponsable, y que más tarde se dé a conocer en redes sociales que cierta marca o empresa promueve ignorancia o mentiras. La reputación no se salvará de esto y recuperar una imagen será complicado, incluso ante clientes leales.
Existen además tres tendencias muy comunes en estos tiempos, cuando se habla de contenido, que debemos evitar para mejorar la experiencia de nuestros clientes y clientes potenciales. De acuerdo con Marketing Profs, son:
- Ruido excesivo. Es común y sencillo que una misma persona reciba contenido por múltiples canales todos los días. Se debe retomar la importancia del valor y la calidad, por encima de la cantidad y la frecuencia. Querer llamar la atención con títulos que atraen tráfico mediante morbo o curiosidad, pero no ofrecen nada de valor es una mala estrategia. Incluso el nuevo algoritmo de Facebook penaliza estos contenidos, de acuerdo con su blog oficial.
- Regresión a los anuncios. Muchas marcas han vuelto al spam y los anuncios que son como intrusos, ante la popularidad de dispositivos móviles. Esto no debe ser el enfoque del marketing digital en general, ni del marketing de contenidos en lo particular.
- Promoción y saturación. También es cada vez más frecuente que las empresas publican y repiten contenidos en redes sociales y en su sitio, intentando llegar a diferentes personas en distintos momentos del día. Asimismo caen en contenido promocional. Esto debe parar, pues las personas ignoran los contenidos repetidos y se fastidian cuando una marca quiere llamar la atención sin una oferta valiosa y mediante la repetición.
Si la marcas cuidan la experiencia de los clientes incluso en las interacciones que tienen sin recibir dinero ni información a cambio, con el paso del tiempo serán mucho mejores las relaciones que se forman entre ambas partes, pues existirá respeto y confianza.
Redacción Círculo Marketing
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