El Nombre Es Lo De Menos, ¿no?

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El Nombre Es Lo De Menos

Una noticia de hace un par de semanas que ha sacudido al mundo de internet es que Google se cambió de nombre. El buscador número uno y una de las empresas consentidas de las gente se llama ahora Alphabet. Seguramente, muchos marketeros se preguntan: ¿por qué Google, ¡Google!, cambió de nombre? Pero antes de que todos nos pongamos a temblar y corramos a buscar un nombre nuevo para nuestras empresas, veamos los motivos para ese cambio.

El cambio en realidad tiene que ver con una ampliación de los planes de negocio de Google, y ha decidido reservar este nombre para la división especializada en servicios de internet. Según Gulf News, parte de esta modificación es poder liberar a la empresa de estar solamente relacionada con ese tipo de servicios y permitirle explorar nuevas oportunidades.

Alphabet abrirá un nuevo giro para Google, lo cual puede significar que su modelo de negocio ha madurado. Incluso, los directivos de Google han decidido dejar sus puestos ahí y apoyar por completo en la gestión de Alphabet.

El objetivo de este cambio no es una transformación fuerte de la empresa, sino una apuesta por la diversificación del negocio, con el fin de ser más competitivo y mantenerse al nivel de las exigencias de Silicon Valley.

Marcas que cambian de nombre

El caso de Google no es único –que, por cierto, antes de llamarse así, era conocido como BackRub. Hay muchas marcas que cambiaron sus nombres por diferentes razones y a la mayoría les funcionó bien. The Washington Post recupera algunos de estos grandes cambios:

  • Philip Morris, la casa de Marlboro, cambió su nombre a Altria en 2001 para poder separarse de la mala reputación que adquirieron las compañías de tabaco
  • Kentucky Fried Chicken no del todo cambió de nombre, sino que lo redujo a sus iniciales KFC. Algunas de las teorías que se hicieron alrededor de la decisión de la empresa incluían los rumores de que como no usaban pollo en sus productos, tuvieron que quitar la palabra “chicken”. Pero en realidad, lo que querían eliminar era el “fried” por que tenía una connotación que lo relacionaba con alimentos poco saludables
  • Nissan antes era conocido como Datsun, pero después de un tiempo este nombre se relacionaba con un carro viejo. Sin embargo, la firma de análisis 2953 Analytics dice que ese cambio le ha costado a la empresa cientos de millones de dólares
  • La WWF (World Wrestling Federation) cambió sus siglas a WWE (World Wrestling Entertainment) para evitar pleitos con la World Wildlife Fund cuyas siglas también eran WWF
  • Yahoo! no siempre se ha llamado así. En un principio era “Jerry’s Guide to the World Wide Web”, afortunadamente los fundadores hicieron este cambio

Las marcas fuera de sus países de origen

El nombre de una marca representa muchas cosas y es el pilar de su identidad. ¿Qué pasa con las que han logrado salir del nido y llegan a establecerse en mercados internacionales?

A algunas, sin duda, les funciona mantener siempre el mismo nombre y tener una identidad de acero. Pero en otros casos, las audiencias exigen una “tropicalización” de las marcas para poder relacionarse mejor con los productos. En estas circunstancias, más que cambios de nombre, podemos hablar de una traducción de las marcas para adaptarse a nuevos mercados. Algunos ejemplos de esto, traídos por Business Insider, son:

  • Clean, la compañía de productos de limpieza que nosotros conocemos como Maestro Limpio, en otros países de habla hispana se llama Don Limpio, y en Francia y Bélgica, Monsieur Propre
  • La cadena de comida rápida, Burger King, cambia de nombre en Australia donde se conoce como Hungry Jack’s
  • Nuestras adoradas papas Sabritas, en Estados Unidos son Lays, en el Reino Unido se llaman Walkers y en Israel, Tapuchips
  • La Coca-Cola light, en realidad se llama Diet Coke en Estados Unidos
  • En todo el mundo KFC es KFC, pero en Quebec se llama PFK (Poulet Frit Kentucky), cosa es demasiado coherente con las polémicas sobre la identidad en esa región

¿Cómo se hace un buen nombre?

Es claro que la reputación es una cosa muy importante, ésta sólo se logra con trabajo duro y calidad en los servicios que ofrecen las marcas. Pero también es cierto que el cariño del público a veces es caprichoso, y si un nombre no pega, la marca debe revisar qué tan factible es cambiarlo.

Un nombre para una marca, dice Inc., debe ser sugerente para provocar la curiosidad de la gente. También un significado que tenga sentido para las personas y que se fácil de comprender. Por otro lado, debe contar con un imaginario que lo respaldo, es decir, evocar algunas imágenes que sean importantes para la audiencia. La emoción que transmita la marca debe ser positiva y vinculada al servicio que das tanto como a la identidad de la empresa.

Los nombres de las famosas

Nos hemos acostumbrado mucho a ver los nombres de las marcas por todos lados, pero, ¿sabemos de dónde vienen? Digital Synopsis nos cuenta los orígenes de algunas de las marcas más famosas:

Nike tomó su nombre de la mitología griega. Niké es la diosa de la victoria, cosa que resulta muy bien para una marca de productos deportivos.

El origen del nombre Nintendo es un misterio todavía, pero se cree que una traducción posible de esta palabra es “deja la suerte en manos del cielo”.

Samsung viene de las palabras “sam”, tres, y “sung”, estrella, así que esta marca se llama “tres estrellas”. Hyundai, por otra parte, significa modernidad en coreano.

El nombre de Nivea fue tomado del vocablo latín “niveus”, nieve. Por eso su crema es blanca, y lo que buscaban era dar una idea de pureza.

Algunos otros ejemplos, reportados por Puro Marketing, son el caso de Sega cuyo nombre está hecho por las siglas Service Games. El nombre de IKEA tiene una historia bastante emotiva: las dos primeras letras vienen del nombre de su fundador Ingvar Kamprad. Las dos siguientes son las iniciales de la granja y la parroquia donde nació.

Google refleja en su nombre su mismo ADN: sus creadores buscaron un concepto que reflejara el código binario que hace posible la programación. La palabra googol se usaba en 1930 para designar un número 1 seguido de cien 0.

Apple, por su parte, es el reflejo de lo mucho que le gustaban The Beatles a Steve Jobs. Utilizó esta fruta, que es la misma de la discografía de la legendaria banda inglesa, para nombrar a su marca. Además, Macintosh es una variedad de manzana.

El servicio de comunicaciones Skype, dice Bored Panda, en un principio se llamaba sky-peer-to-peer, de ahí cambió a Skyper y luego a Skype. Adidas se formó con las primeras letras del nombre de su creador, Adolf Dassler, a quien le decían Adi.

El caso de Amazon es bastante peculiar y cómico. Jeff Bezos quería un nombre empezara con “a” para estar primer en las listas de búsqueda por el orden alfabético. El nombre de Amazon, lo tomó del río Amazonas que, desde su perspectiva, es el río más grande del mundo.

Como puedes ver, los orígenes de los nombres son muy variados, pero la mayoría apela a algo fundamental para las empresas. El caso de Amazon refleja la idea de grandeza con la que fue creada –y se ha mantenido a la altura. Lego, es la unión de dos palabras danesas que juntas significan “juega bien”. En fin, el punto es que los nombres llevan la esencia de las compañías y esto es percibido por el público. De manera consciente o no. Quizá es esta esencia lo que, en un plano medio cósmico, genera las vibras con las que se desenvuelve una empresa. Claro que esto no lo podríamos comprobar.

 

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Redacción Círculo Marketing

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