¿Cómo Elegir A Un Socio De Negocios?

Hacer negocios siempre es un reto y una aventura, que están llenos de riesgos. Por lo tanto la información oportuna, así como objetivos claros y tenacidad son necesarios. Además, contar con tiempo y recursos financieros, propios o de inversionistas, son indispensables. Sin embargo, no todo se trata de tiempo, dinero y esfuerzo.
Incluso la mejor idea del mundo requiere de personas que la ejecuten. Sí, en plural. Si bien hay muchas empresas que tienen sus orígenes en iniciativas individuales, la realidad es que su despegue y eventual éxito requiere de más de un ser humano. Después de todo, somos una especie gregaria, que ha evolucionado de la mano de formaciones sociales.
Por lo tanto, al momento de emprender una aventura de este tipo, es necesario saber con quién unirse. Similar al matrimonio, el potencial es que las relaciones de negocios, sean unas que duren para toda la vida.
De hecho, creer que se es experto en todo y no pedir ayuda es una razón importante por la que el 90% de los nuevos negocios fracasan, de acuerdo con Forbes. Como dice el dicho “dos cabezas piensan mejor que una”. Realmente es valiosísimo pedir ayuda y juntarse con otros, para complementarse mutuamente.
Es por ello que debes unirte a personas con características particulares. Esto sin importar si eres quien tiene la idea original, o te unes a un proyecto encabezado por alguien más.
La amistad no es todo, pero sí importa
Los amigos tienen intereses en común. Eso es un hecho. Es uno de los factores que vuelven a dos personas amigos. Por lo tanto, es frecuente que un par de amigos considere que es muy buena idea que ellos dos comiencen un negocio de algún tipo. Después de todo la comunicación es buena, coinciden en lo que les gusta y se conocen de hace años, la relación tiene gran potencial para el éxito.
Error. La amistad es un elemento que puede darse entre los socios de negocios. Incluso se puede promover para fortalecer los vínculos entre los dos o más miembros del equipo. Sin embargo no debería de ser el motivo principal para asociarse.
En muchas ocasiones, lo personal se puede ver involucrado en el negocio. Conocerse tan bien puede resultar en más confianza, pero de la misma forma existe la posibilidad de que en momentos de tensión surjan conflictos.
Si bien los conflictos no son nada nuevo o extraño como consecuencia del estrés de un negocio, la amistad puede resultar un arma de dos filos. En el mejor de los casos, ésta ayudará a que se relajen los ánimos y que los socios arreglen la circunstancia que los llevó hasta ahí.
Por otra parte, un escenario un tanto negativo es que la amistad se enfríe. Que el problema laboral o de negocios termine dañando la relación personal entre las personas, que iba más allá y se originaba antes de la sociedad. Aunque se puede arreglar, arriesgar una relación de este tipo es innecesario.
El peor resultado es que se confunda lo personal con los negocios por completo. ¿El resultado? Se utiliza lo que se sabe de la otra persona para ofender y lastimar. Claro que esto es algo que refleja inmadurez. No obstante, no vale la pena exponerse a algo así. Es mejor volverse amigo de un socio, que asociarse con un amigo.
Es bueno pasar tiempo libre juntos, incluso viajar, por motivos de negocio o diversión. Pero no es lo más recomendable considerar que la amistad lo es todo, o que de ahí debe partir una sociedad. La comunicación clara y el trato personal son requisito en la relación, según All Business.
Valor más allá del negocio
Las experiencias que vienen con cada nuevo emprendimiento pueden llegar a ser más valiosas que el proyecto mismo. Esto es más y más común cuando se trata de las primeras aventuras de este tipo para los involucrados.
Debido a todo lo que puede salir mal y la falta de experiencia, hay más posibilidades de fallar. Muchas historias de éxito que son famosas actualmente, se relatan una y otra vez sin el trasfondo completo que las acompaña. Uno en el cual la vida de aquellos triunfantes líderes, comenzó repleta de fallas.
Un ejemplo es Walt Disney. En uno de sus primeros empleos en un periódico, el editor le dijo que no tenía imaginación ni buenas ideas, según Business Insider.
Esta realidad no es nueva, no es sorpresiva y es muy bien conocida junto con sus motivos. La razón por a la que la mayoría de los que han sufrido una derrota de este tipo, atribuye la misma es a una falta de ventas, derivada de un producto o servicio que no era del interés de la audiencia, según CB Insights. Esto acompañado de otros problemas que provienen de una visión pobre.
Muchos nuevos negocios asumen que el público quiere lo que ellos ofrecen. La ambición y pasión pueden nublar el panorama. Con ello viene un enfoque en lo que uno quiere en lugar de lo que otros buscan.
Otra razón que va de la mano con esta falta de sensibilidad ante lo que el mercado busca, es creer que se sabe todo. A pesar de que la confianza y tenacidad son requisitos para cualquiera que se adentra en este ámbito, cuando falta madurez, la arrogancia puede dominar.
Un criterio pobre lleva a cualquier proyecto a la ruina. Por lo tanto, aunque el miedo no debe reinar, debe haber rigor en los métodos y en cada paso. Está bien que la caída sea una posibilidad, pero eso no significa que la resignación sea el camino adecuado. Un análisis de 101 emprendimientos fallidos, hecho por Fortune, revela que las principales razones para su eventual hundimiento son:
- El ya mencionado mercado inexistente ocupa el 42% de los fracasos.
- El 29% caen porque se terminan el dinero.
- El 23% no contaba con los miembros correctos en el equipo.
- Un 19% nombró a sus competidores como la fuente de la desgracia.
- Carecer de un modelo de negocios llevó a quiebra a 17% de los nuevos negocios.
Los primeros dos puntos se relacionan con mala planeación. El tercero está directamente vinculado con la gente que conforma el equipo que busca el éxito.
Fracasen juntos, pero no por eso se separen
Así como estos fracasos pueden significar el final de un negocio, no debe ser la conclusión de una buena relación de negocios. Por lo tanto considera aliarte con quienes entiendan, como tú, que los fracasos moldean a las personas, no las detienen.
Si no consigues socios con experiencia, consigue aquéllos que sean difíciles de quebrar. Únete con personas que esté dispuestos a levantarse tantas veces como caigan y a seguir adelante con otro proyecto si sucediera lo peor en el que tienen actualmente.
Es más, si es posible alíate con quien ya lleve un par de proyectos fallidos. Quienes han fracasado no son malos en lo que hacen, tan sólo llevan más camino recorrido que los primerizos. Sus experiencias pasadas pueden ayudar con la identificación de riesgos potenciales.
Sé el socio humilde. Escucha y observa antes de tomar cualquier decisión. Más importante aún: aprende de tus socios. Sé capaz de valorar las diferencias como fuentes de conocimiento, en lugar de querer catalogar las ideas de las personas como erróneas o correctas.
¿Y las finanzas?
Cuando te asocias con alguien, es mejor que sea una persona con una situación financiera estable, según Entrepreneur. No se trata de hallar un inversionista únicamente. Es necesario que tanto tú, como los demás, no tengan presión en este aspecto.
Imagina todo el estrés que viene con un negocio nuevo. Si agregas a eso estrés personal debido a deudas o dificultades económicas, el socio que esté bajo esas condiciones puede quebrarse más fácilmente, por lo tanto es importante que todos sean solventes en sus vidas personales.
Además, así como se tiene claridad de dicha estabilidad de cada uno, es necesario tener claros los procesos e inversiones en el proyecto. Antes de formalizar cualquier cosa, deben establecerse ciertos puntos de la manera más oportuna posible.
- Las responsabilidades de cada uno
- Las aportaciones hechas por cada socio
- Los límites que se pondrán
- Los objetivos específicos
- Metas con plazos determinados
- Toma de decisiones
Sí, la manera en que se tomarán decisiones se tiene que aclarar desde el inicio. De cierta forma se tiene que decidir cómo se decidirán las cosas. Qué rol jugará cada quien en las votaciones, por ejemplo, como dice Inc.
No se trata de buscar un perfil específico para este rubro, más bien, como todo en la relación: busca unirte con quienes tengan la disposición de hablar acerca de todo. También localiza individuos con la humildad necesaria para identificar errores. Sobre todo, haz el mayor esfuerzo por ser el socio ideal que buscas en otros. Ofrece tu apoyo y disposición antes de pedir algo a cambio
Redacción Círculo Marketing
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